FMI proyecta que la economía peruana crecerá 2.7% en 2022

La región enfrenta un endurecimiento de las condiciones financieras globales

El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó en su último informe que la economía peruana crecerá 2.7% en el 2022 y 2.6% en el 2023, tras haber registrado una expansión de 13.6% en 2020 y una variación de -11% en el 2019, año que se inició la pandemia del Covid-19.

Asimismo, prevé para el 2022 y 2023, Brasil registrará variaciones en su PBI de 2.8% y 1%, para Chile 2% y -1%, Colombia avanzará 7.6% y 2.2%, mientras que para México proyecta una expansión de 2.1% y 1.2%, respectivamente. 

El FMI refiere que la región aún demuestra un crecimiento sólido pero con desaceleración. 

“Ante las sorpresas positivas en la actividad, hemos actualizado nuestra proyección de crecimiento para América Latina y el Caribe este año a 3.5%, desde 3% en julio. Pero, con vientos cambiantes hacia adelante, el crecimiento se desacelerará el próximo año con mayor rapidez de lo proyectado en julio (de este año), hasta 1.7%” señaló.

En el caso del Perú, la proyección de crecimiento para el 2022 de 2.7%, tiene una ligera revisión a la baja, desde la previsión de 2.8% en julio último.
 
“Los países de América Latina, que siguen bajo los efectos de dos shocks anteriores: la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania, se enfrentan ahora a un tercer shock: el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales”, indicó el FMI.
 
Refirió que hasta ahora, el ímpetu del crecimiento fue positivo, reflejando el retorno de los sectores de servicios y el empleo a los niveles previos a la pandemia, y condiciones externas favorables como los precios altos de las materias primas, demanda externa y remesas sólidas, y repunte del turismo. Esta situación ha dado lugar a varias revisiones al alza del crecimiento este año.
 
Sin embargo, señaló que América Latina enfrenta un tercer shock debido al endurecimiento de las condiciones financieras mundiales  
 
“El ímpetu del crecimiento continúa, pero la menor disponibilidad y el encarecimiento del financiamiento ralentizarán las economías de la región mientras la inflación siga siendo elevada. Las prioridades de política económica son restaurar la estabilidad de los precios y mantener la sostenibilidad fiscal, además de proteger a los grupos vulnerables”, explicó el FMI.
 
También el organismo internacional refirió que el financiamiento es cada vez más escaso y caro, debido al aumento de las tasas de interés por parte de los bancos centrales para controlar la inflación. 
 
“Los flujos de capitales a los mercados emergentes están desacelerándose y los costos de financiamiento externo, aumentando. Las tasas de interés internas en los mercados emergentes también están aumentando, debido al incremento de las tasas por parte de los bancos centrales para combatir la inflación, pero también a la reducción del apetito de los inversionistas por activos de mayor riesgo”, señaló
 
El FMI advirtió que en América Latina, estos factores llevarán a una desaceleración de la actividad, ya que los costos de financiamiento más elevados serán un lastre para el crédito interno, el consumo privado y la inversión.
 
Explicó que a comienzos de este año, el aumento de los precios de las materias primas y el crecimiento sólido contribuyeron a compensar los efectos de las condiciones globales de financiamiento más restrictivas, ya que los inversionistas se vieron atraídos por una región que cuenta con grandes exportadores de materias primas, en un contexto de necesidades de alimentos y energía a escala mundial. 
 
“Pero las tasas de interés más elevadas están presionando a la baja los precios de las materias primas a medida que la economía mundial se desacelera, reduciendo así su efecto amortiguador. La desaceleración económica también podría reducir las exportaciones, las remesas y el turismo en la región”, señaló.
 
 
 
 
Inflación y crecimiento
 
El FMI también advirtió que pese a la ralentización del crecimiento, la inflación en América Latina seguirá siendo elevada durante algún tiempo.
 
“La rápida respuesta de los principales bancos centrales de la región, que aumentaron las tasas de interés antes que otras economías avanzadas y de mercados emergentes, contribuirá a reducir la inflación, pero llevará tiempo, ya que la política monetaria tiene que moderar la demanda interna para ejercer presión a la baja sobre los precios”, explicó.
 
Además, indicó que las presiones sobre los precios se han ampliado recientemente, afectando a los artículos de las cestas de consumo que van más allá de los alimentos y la energía. 
 
“Este ha sido el caso en Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, donde la inflación alcanzó recientemente el 10%, el máximo en dos décadas, y está poniendo a prueba la credibilidad que los regímenes de metas de inflación se han ganado a base de mucho esfuerzo”, señaló. 
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