¿Cuánto vale una empresa?
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Un profesor de universidad decía: “El negocio tiene dos valores para un dueño; el valor económico o racional y el valor del corazón o emocional. El secreto está en que el valor racional sea lo más cercano al valor emocional”.
A veces, los números no representan con justicia el esfuerzo de un emprendedor y ello le dificulta una decisión de venta. Si bien es cierto, llega a existir un valor económico que los analistas se esfuerzan por explicar a través de “flujos de caja descontados” o “múltiplos”, para lograr cerrar una transacción de este tipo se debe comprender el valor intrínseco y el potencial. Desde luego, me refiero a las compras de empresas tradicionales; es decir aquellas que mantendrán o potenciarán la actividad operativa del negocio que están adquiriendo.
Luego de haber participado en varias de estas transacciones, comparto para los empresarios algunos consejos que contribuirán a que sus negocios sean percibidos en función a su “potencial” y no solo por su capacidad operativa actual. Recuerden que esta “construcción de valor” se genera en el largo plazo y con gestión estratégica:
- Reputación y Marca: Reflejar sobre la marca los valores de la empresa crea una imagen positiva. Muchas veces producto de la competencia o una sensibilidad coyuntural del mercado, la marca y la reputación se afectan. En esos momentos, la cercanía y presencia de los accionistas y principales ejecutivos es fundamental. La presión bajará si se enfrenta y se da la cara. Quizás el mercado no lo asuma inmediatamente, pero lo respetará.
- Innovación: Fomentar la innovación de nuevos productos y apertura de nuevos mercados siempre agrega valor por el dinamismo de la empresa. Si este factor se acompaña con registros de propiedad intelectual, marcas, patentes y derechos de autor, la percepción de valor crece de forma exponencial.
- Talento y Cultura Organizacional: Invertir en el desarrollo del talento, mantener un óptimo clima laboral y fomentar la capacitación sobre principios básicos de: colaboración, trabajo en equipo y pasión por el éxito, atrae inversionistas y despierta el interés. Los valores organizacionales, cuando son sólidos, invitan a participar.
- Tecnología: Promover una operación efectiva basada en tecnología y procesos de calidad proyectan una institución ágil y que se enfoca en una experiencia de cliente / servicio de optimo nivel.
- Responsabilidad Social: Tener propósito institucional y una promoción de “cultura ética empresarial” potencia la relación con el entorno de interés de la empresa.
- Relaciones duraderas: Apostar por alianzas productivas (no tóxicas) que se apoyan en “las buenas y las malas”, demuestra que la empresa y sus socios estratégicos se visualizan a largo plazo. habrá momentos felices y tristes en estas relaciones, pero mantener la alianza y el respaldo genera mucho valor porque implica una renovación constante de la confianza.
* José Castillo Carazas es Gerente General de BLANCO Sociedad Administradora de Fondos S.A.C. y miembro del Directorio de la UPAL. Es Contador Público Colegiado y Máster en Banca y Finanza