Cuatro claves para la recuperación de las empresas hoteleras y turísticas
Enfocarse en el turismo de naturaleza es una de las recomendaciones
La pandemia ha tenido un impacto en la actividad turística a nivel mundial, y tienen que adaptarse al nuevo entorno para poder salir delante de los retos que impone este nuevo contexto sanitario.
Mónica Lovera, docente de la carrera de Administración de Negocios Hoteleros y Turísticos de la Universidad Le Cordon Bleu, señala que es importante reconocer primero cuáles son los cambios que se están dando desde la demanda para empezar a adaptar la oferta a las nuevas necesidades.
En ese sentido, Mónica Lovera señala algunos aspectos que las empresas hoteleras y turísticas deberían considerar dentro de su reactivación:
1) El turismo de naturaleza:
Mucho se habla del nuevo turista de naturaleza, sobre quienes van a buscar destinos cercanos de fin de semana o dentro de la región.
Este tipo de público es aquel al que la pandemia lo ha llevado a repensar su estilo de vida y a permitirse un momento consigo mismo en contacto con la naturaleza.
Esta tendencia nos habla de un turista que busca lo local, lo autóctono, una experiencia personal que se sume a esa etapa de redescubrimiento.
Para ello, los negocios deben enfocarse en la preparación de sus productos para adaptarlos a estas nuevas necesidades y en la capacitación de su personal en el desarrollo de habilidades blandas para poder “conectar” con este nuevo cliente.
2) Reactivarse de manera sostenible:
Sabemos que en el mundo no hay una práctica de turismo del todo sostenible. Este momento debe servir para pensar en ese aspecto y rediseñar los procesos y productos, pensando en el mayor beneficio para todos, incluyendo el medio ambiente y la comunidad receptora donde se desarrolla la experiencia turística.
Asimismo, este cambio incluye promover los negocios o iniciativas locales de manera responsable, sensibilizar al personal de la empresa y a todos los actores que forman parte de esta cadena comercializadora, para minimizar los impactos negativos.
3) Diversificar la oferta:
Es importante descentralizar la práctica y llegar a otros lugares. Hemos estado centrados mucho tiempo en el turismo receptivo, y en el turismo en regiones del sur.
Este contexto nos lleva a pensar en otros destinos potenciales y a desarrollar un turismo especializado orientado a la naturaleza, la aventura, el bienestar o la gastronomía, explorando esta última a través de rutas gastronómicas desarrolladas para un mercado nacional. Pero, para lograrlo, es necesario sensibilizar primero a todos los actores para que su involucramiento sea responsable desde todo punto de vista.
4) Reinventarse con una mirada innovadora:
En esta nueva normalidad el liderazgo emocional podría marcar la diferencia para lograr mejores resultados. Para ello, primero, se deberá aprender a gestionar las emociones personales para luego identificarlas en el otro y lograr así una comunicación empática con todo y con todos.
Es justamente esta mirada empática la que la actividad turística demanda y debe promover en este nuevo momento.
Finalmente, esta nueva forma de gestión emocional es muy importante porque permite mostrar lo mejor de uno como líder, como empresa y como gestor, e involucrar en esa mirada al personal y las personas que trabajan y forman parte de esa cadena comercializadora.