Hasta el 2018 contribuían con el 40% del PBI en el Perú
Las empresas familiares han tomado gran relevancia en los últimos tiempos, sobre todo porque se ha visto un gran potencial y ha llegado a convertirse en un impulso para la economía de un país. En Perú, según una investigación realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las empresas familiares en el 2018 contribuían con más del 40% del Producto Bruto Interno (PBI), esto debido a que el 80% de estas compañías eran familiares.
En la actualidad, se prevé que las cifras de las ganancias sean menores, dado que muchas empresas han sido perjudicadas por la crisis política, la pandemia, entre otros factores. En un estudio elaborado por el Consorcio Global del Proyecto STEP y KPMG Private Enterprise se precisa que el 67% de las empresas familiares en América tuvo una disminución en sus ingresos a causa de la llegada del covid-19, un 22% la mantuvo y un 11% tuvo un incremento.
Esto ha llevado a muchas a empresas familiares a buscar formas de prevenir los hechos y mantener una estabilidad económica para mantenerse vigente a través de los años. El director de la Asociación de Empresas Familiares del Perú (AEF), Enrique Pajuelo, elaboró una lista de los desafíos que tienen las empresas para este 2022 y cómo pueden superarlos.
– Alinear la visión familiar y empresarial. Este es un reto importante debido a que se deben ordenar los intereses de los integrantes de la familia empresarial, ya sea en índole profesional, económico, patrimonial e inclusive de liderazgo y de poder. Esto ayudará a tener una visión y de esta forma lograr objetivos en conjunto.
– Profesionalización. Para lograr ello, se debe fijar un modelo de toma de decisiones y gestión de la organización basado en criterios económicos y empresariales. Por ello, se sugiere crear un Consejo de Familia y elaborar un Protocolo Familiar. Además, es ideal implementar buenas prácticas de Gobierno Corporativo que incluyan la Junta General, Directorio y Gerencia.
– Manejo de conflictos familiares causados por el negocio. Gran parte de los fracasos en la gestión de las empresas familiares se debe más a conflictos y discrepancias familiares que a problemas estrictamente empresariales. Por ello, se sugiere trabajar con espacios de comunicación abierta y respetuosa. Los familiares deben tener presente que las decisiones respecto a la empresa tienen que darse priorizando el bienestar de la compañía por encima de la familia, ya que si la organización no existiera, tampoco habría una familia empresaria.
– Sucesión. Este no debe verse como un motivo de desórdenes económicos y emocionales, sino como un proceso natural de toda empresa que debe continuar con sus operaciones. Durante la pandemia se demostró la fragilidad del ser humano, por ello, es conveniente planificar y trabajar la sucesión como tema importante y no urgente. Preparar al o los sucesores es una responsabilidad estratégica, ya que de esta forma se asegura la continuidad del negocio.
– Promover el espíritu emprendedor y potenciar el liderazgo. El espíritu emprendedor se puede manifestar o crear, por ello es importante elevar las competencias de los líderes actuales y futuros. Una forma de fomentarlo sería destinando un capital a nuevos emprendimientos de miembros de la familia que pasarán por una evaluación y aprobación de un comité de inversiones familiares y de esta forma se evaluarán las capacidades de cada miembro.
Con esta información, muchas empresas familiares podrán mantenerse y llegar a una segunda o una tercera generación de manera exitosa.
Este 30 de marzo se realizará el
Foro 2022 – la empresa familiar ante la incertidumbre, organizado por la Asociación de Empresas Familiares (AEF), un espacio donde los asociados, aliados y empresarios familiares se reunirán de manera virtual para abordar temas como Perspectivas políticas y sociales del Perú, Panorama económico de la región, entre otros. Para mayor información comunicarse con AEF Perú (
www.aefperu.org).