Empresas familiares: ¿cómo padres formaron a futuras generaciones de líderes?
Formación va más allá de educación formal, señala especialista
En el Perú, las empresas familiares son el motor del empleo, por lo que su continuidad es un factor clave en la economía, señaló la Asociación de Empresas Familiares (AEF).
Según la citada entidad, el 44% de estos negocios trascendió a un cambio de mando, gracias a que su éxito se transmitió de generación en generación.
El representante de AEF José Juan Ciccia, resaltó que un elemento fundamental en este proceso es la manera en que los padres formaron a las futuras generaciones de líderes, inculcando conocimientos necesarios para dirigir y mantener la visión de la empresa.
Asimismo, señaló que la formación va más allá de una educación formal, debido a que abarca la enseñanza de habilidades prácticas y la transmisión de los valores que han guiado a la empresa.
“Un padre empresario crea su empresa y luego, gracias a su mentoría, la familia se diversifica en otros negocios que trascienden hasta convertirse en una familia empresaria. Así, no solo logró establecer y expandir sus empresas, sino que se convirtieron en gigantes corporativos, influyendo en el mercado global”, explicó.
Precisamente, para fomentar una generación de líderes, brindó los siguientes consejos:
– Ejercer la mentoría: proporcionar orientación personalizada, compartiendo su conocimiento y experiencia acumulada a lo largo de los años, que implica trabajar estrechamente con los hijos.
– Exponerlos de manera temprana al negocio: permitir que los hijos se involucren en el negocio desde temprana edad, por medio de trabajos en diferentes áreas de la empresa, desde posiciones operativas hasta roles más estratégicos.
– Impulsar habilidades empresariales: enfocarse en la formación de los hijos en el desarrollo de habilidades empresariales clave como: habilidades de gestión, toma de decisiones, negociación y liderazgo.
– Transmitir valores y cultura empresarial: los padres transmiten los valores y la cultura empresarial arraigados en la organización, a través de inculcar principios éticos y morales como: la honestidad, la integridad y el compromiso con la calidad y la excelencia.
– Fomentar la autonomía: permitir que los hijos asuman gradualmente más responsabilidades y tomen decisiones autónomas, como darles la libertad de tomar decisiones empresariales, asumir riesgos y aprender de los errores.